El lenguaje de la informática e Internet y su traducción
José R. Belda Medina
El lenguaje de la informática e Internet y su traducción
Publicaciones de la Universidad de Alicante, Alicante, 2003, 328 pp.
ISBN 84-7908-704-8
Las facultades y departamentos de traducción de las universidades españolas están contribuyendo a que la bibliografía sobre traducción en español se acerque en cantidad y calidad a los niveles que corresponden a una de las principales lenguas de traducción. Además de las publicaciones tradicionales sobre historia y didáctica de la traducción, se publican también ahora -gracias al creciente y loable empeño de los centros de formación en «conectar» con la práctica de la profesión- otros trabajos de indudable interés para los traductores profesionales. Las universidades están detrás de muchos proyectos lexicográficos y terminológicos y son prácticamente las únicas en editar otras obras menos comerciales, pero de evidente utilidad lexicográfica. Este es el caso del libro de José Belda Medina, que puede servir como diccionario de dudas, con profusión de ejemplos y argumentos que proceden de la descripción y reflexión lingüísticas en las que se basa el autor para ofrecernos una completa panorámica de nuestro lenguaje informático.
El objetivo del autor es «estudiar minuciosamente los recursos lexicogenésicos de nuestro idioma y la morfología española propia de la terminología informática». Como buena obra didáctica, El lenguaje de la informática e Internet y su traducción recurre a una amplia documentación y analiza los mecanismos empleados en la formación de términos, planteándose además, y en esto estriba su interés práctico, cuáles son los problemas mayores en la traducción al español de muchos términos polémicos y cuáles las vías más estables para la solucion de esos problemas. Se estudian y clasifican los procedimientos de composición, derivación, abreviación, especialización y se concluye con un esbozo de capítulo sobre los préstamos y unas conclusiones.
Sorprende la extensión del capítulo dedicado a las abreviaciones (prácticamente la mitad de la obra), sobre todo si se compara con otros aspectos que nos parecen merecedores, por lo menos, de igual atención. Sabe a poco, por ejemplo, el capítulo dedicado a la «especialización», en el que se incluyen la «terminologización» (conversión de una palabra común en término gracias a un nuevo significado especializado) y la «transferencia» (al lenguaje de la informática de términos procedentes de otros ámbitos). Nos llama también la atención que en el último capítulo, dedicado a los préstamos y calcos (asunto que interesa particularmente a los traductores de textos informáticos), el autor se limite a esbozar algunos apuntes, bien trazados pero incompletos, para ilustrar la incidencia de estos fenómenos en el español de la informática. Por último, echamos en falta un índice de todos los términos en inglés, con el que se facilitaría la consulta de la obra a quien buscara información concreta. Entiéndase que estos reproches obedecen al sesgo profesional con el que inevitablemente hemos leído la obra y no merman el interés general de este documentadísimo estudio que hacía falta desde hace años.
Las últimas páginas recogen las conclusiones, en las que se aboga por la búsqueda de soluciones globales y consensuadas en todo el ámbito hispánico, primando la cooperación y colaboración frente a la imposición. Hay que felicitar al autor por trabajar coherentemente en ese sentido, ya que estas soluciones solo son posibles si conocemos previamente nuestros recursos lexicogenésicos, aquí descritos pormenorizadamente, y somos conscientes de su eficacia comunicativa.
PUNTOYCOMA
José R. Belda Medina
El lenguaje de la informática e Internet y su traducción
Publicaciones de la Universidad de Alicante, Alicante, 2003, 328 pp.
ISBN 84-7908-704-8
Las facultades y departamentos de traducción de las universidades españolas están contribuyendo a que la bibliografía sobre traducción en español se acerque en cantidad y calidad a los niveles que corresponden a una de las principales lenguas de traducción. Además de las publicaciones tradicionales sobre historia y didáctica de la traducción, se publican también ahora -gracias al creciente y loable empeño de los centros de formación en «conectar» con la práctica de la profesión- otros trabajos de indudable interés para los traductores profesionales. Las universidades están detrás de muchos proyectos lexicográficos y terminológicos y son prácticamente las únicas en editar otras obras menos comerciales, pero de evidente utilidad lexicográfica. Este es el caso del libro de José Belda Medina, que puede servir como diccionario de dudas, con profusión de ejemplos y argumentos que proceden de la descripción y reflexión lingüísticas en las que se basa el autor para ofrecernos una completa panorámica de nuestro lenguaje informático.
El objetivo del autor es «estudiar minuciosamente los recursos lexicogenésicos de nuestro idioma y la morfología española propia de la terminología informática». Como buena obra didáctica, El lenguaje de la informática e Internet y su traducción recurre a una amplia documentación y analiza los mecanismos empleados en la formación de términos, planteándose además, y en esto estriba su interés práctico, cuáles son los problemas mayores en la traducción al español de muchos términos polémicos y cuáles las vías más estables para la solucion de esos problemas. Se estudian y clasifican los procedimientos de composición, derivación, abreviación, especialización y se concluye con un esbozo de capítulo sobre los préstamos y unas conclusiones.
Sorprende la extensión del capítulo dedicado a las abreviaciones (prácticamente la mitad de la obra), sobre todo si se compara con otros aspectos que nos parecen merecedores, por lo menos, de igual atención. Sabe a poco, por ejemplo, el capítulo dedicado a la «especialización», en el que se incluyen la «terminologización» (conversión de una palabra común en término gracias a un nuevo significado especializado) y la «transferencia» (al lenguaje de la informática de términos procedentes de otros ámbitos). Nos llama también la atención que en el último capítulo, dedicado a los préstamos y calcos (asunto que interesa particularmente a los traductores de textos informáticos), el autor se limite a esbozar algunos apuntes, bien trazados pero incompletos, para ilustrar la incidencia de estos fenómenos en el español de la informática. Por último, echamos en falta un índice de todos los términos en inglés, con el que se facilitaría la consulta de la obra a quien buscara información concreta. Entiéndase que estos reproches obedecen al sesgo profesional con el que inevitablemente hemos leído la obra y no merman el interés general de este documentadísimo estudio que hacía falta desde hace años.
Las últimas páginas recogen las conclusiones, en las que se aboga por la búsqueda de soluciones globales y consensuadas en todo el ámbito hispánico, primando la cooperación y colaboración frente a la imposición. Hay que felicitar al autor por trabajar coherentemente en ese sentido, ya que estas soluciones solo son posibles si conocemos previamente nuestros recursos lexicogenésicos, aquí descritos pormenorizadamente, y somos conscientes de su eficacia comunicativa.
PUNTOYCOMA